jueves, 26 de marzo de 2015

La Sombra del Gigante




En este aire denso
hay quien ahora piensa
que se puede ver más allá.
Pero en un instante
la sombra del gigante
oscurece la ciudad.



Y se habla de él cada día
y se encuentra por cualquier lugar,
es el dueño absoluto que guía
cada onda del cielo o del mar y
en cada esquina y por todas partes
está cambiando la realidad,
y por esto se vuelve importante
el quedarnos afuera, el quedarnos ya
con los brazos hacia el cielo,
muy arriba el corazón.
No estaré tan solo yo
ni tampoco sólo tú.

Como nosotros ya verás
hay mucha gente,
se nos parecen siempre más,
humanamente.

Deja que el viento lleve
sobre sus alas fuertes
el último de los sueños que yo haré,
que yo haré.

En este aire denso
hay quien siempre busca
un respiro más allá.

Y si cierran todas las puertas
como huir una voz lo sabrá,
deja todas las luces abiertas
que si alguien se pierde así volverá.

Con los brazos hacia el cielo,
muy arriba el corazón;
no estaré tan solo yo
ni tampoco sólo tú.

Como nosotros ya verás
hay mucha gente,
se nos parecen siempre más,
musicalmente.
Deja que el viento lleve
sobre sus alas fuertes
el último de los sueños que yo haré,
que yo haré, que yo haré.

Como nosotros ya verás
hay mucha gente,
se nos parecen siempre más,
humanamente

La elección del titulo de esta entrada, está fundamentado en dos cosas, primero, la fotografía que aparece primero, que como en otras entradas es de mi autoría, me recordó esa frase, el ver reflejado la sombra de un edificio en los ventanales de otro al atardecer.

 Y segundo, es porque a veces vemos nuestros problemas como si fueran gigantes que controlan nuestras vidas, nuestros problemas muchas veces nos pueden parecer tan grandes y sin solución, lo podemos llegar a ver tan inmensos y sin salida, que sentimos un gran peso sobre nosotros, un peso tan grande que a veces solo queremos rendirnos y caer sobre nuestras rodillas y lanzar todo al demonio, pero eso, la verdad es lo peor que podemos hacer, eso no solo no nos quita el peso de encima, si no que alarga la agonía, y ese peso se nos vuelve mas y mas grande

No hay mal que dure cien años, ni hay idiota que lo soporte, reza el dicho, y la verdad tiene muchísima razón, no todos nuestros males duran para siempre, y tampoco creo que nadie pueda soportar un problema por siempre, y en esto hay dos caminos, el primero, el fácil, es simplemente darse por vencido, renunciar a todo, y simplemente irse, o aún mas extremo suicidarse, o como dicen algunos tomar la decisión del cobarde, aunque no creo que uno sea netamente cobarde por tomar una decisión así, de todas formas encuentro que hay que tener cierta cantidad de valor para tomar esa decisión y mas aun para llevarla a cabo, esto tal vez porque siempre he dicho que yo, al menos, soy demasiado cobarde para tomar mi propia vida. El segundo camino, sin embargo, requiere mucho mas valor y fortaleza, ya que es un camino difícil, y ese camino es simplemente tomar el valor para hacerle frente a nuestros problemas, y ser lo que David fue frente a Goliat, y siendo o sintiéndonos muy pequeños frente a nuestros problemas, lograr derrotarlos, y salir victoriosos y sintiéndonos aun mas grandes como personas. 

Al final de toda tormenta siempre viene la calma, y los mejores frutos solo se dan con un arduo trabajo, así que, si se sienten que sus problemas son gigantes a quienes no pueden derrotar, tengan en claro que mientras mas grande son, mas duro caen, y al final de la lucha vienen las recompensas..


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